martes, 7 de octubre de 2008
El ataque de los nazis zombies
Como ya saben, las películas de zombies me matan desde niño: son una adicción imparable que hasta el día de hoy me crispa, me hace desconfiar del tipo que va durmiendo al lado de uno en el metro o en un bus, me obliga a mirar -siempre que entro a un lugar- las posibles rutas de escapes y lugares más seguros en caso de que una plaga se haga caer por la ciudad.
Suena a paranoia, pero qué no es paranoico actualmente. Prefiero eso que andar pensando que me pueden asaltar, atropellar o terminar aplastado por una grúa de un edificio en construcción (ese es otro temor habitual y muy recurrente, el de la muerte anónima y accidental).
Bueno, el asunto es que esta semana me topé con una película que une dos cosas que me siempre me han despertado interés: zombies y nazis. Imaginar todo un destacamento de SS caminando con la mirada pérdida, hambrientos pero imparables, a mi gusto, suena aterrador.
Es una imagen realmente terrorífica que además está bañada de connotaciones sociales y políticas, por la carga que la historia ha otorgado a la imaginería nazi y, ante todo, a su lado más esotérico y ocultista, sobre todo aquello de la creación del superhombre y de los supuestos experimentos e investigaciones que habría mandado a hacer Hitler a través del mundo, en su búsqueda de artefactos y antecedentes que ampararan su idea del nuevo hombre y sociedad (si no pregúntenle a Miguel Serrano).
La cinta es cuestión se llama "Outpost" (2008), un filme menor, de bajo presupuesto, dirigido por Steve Barker y estrenado directo en DVD. La trama presenta a un hombre que recluta a un grupo de ex militares, casi mercenarios, en Europa del Este, para ir busca de un extraño artefacto. Así llegan hasta un bunker de la Segunda Guerra Mundial, abandonado y detenido en el tiempo.
En su interior hay banderas nazis, cascos, equipos de radio y hasta platos, que parecen recién abandonados. En una habitación se topan con un montón de cuerpos desnudos, pálidos y desnutridos, casi como la peor imagen de un campo de exterminio. Entre todo el lote humano (si que es hay humanidad en toda esa podredumbre), descubren a un hombre vivo o al menos que respira, con la mirada perdida y sin reflejos.
Ese es el punto de partida de una trama que con los minutos se va tornando cada vez más oscura, que bajo tierra tiene sus mejores momentos, aunque al mismo tiempo se debilita por los constantes tiempos muertos y por convertir a los zombies en seres fantasmagóricos, como si eso fuera necesario para aumentar la tensión o el terror.
Pero para ser sinceros, "Outpost" no es la primera ni la última cinta en reunir zombies y nazis. De 1977 data la película "Shock waves", un filme dirigido por Ken Wiederhorn que pone en pantalla a una unidad de nazis zombies de elite que, tras despertar de un largo sueño en las profundidades del mar, comienzan a atacar a unos turistas que han osado veranear cerca de ellos.
Pero ver nazis saliendo del agua con sus uniformes perfectos y una grandes gafas tipo motoristas, no es la única gracia. En la isla está Peter Cushing, un ex oficial SS que tiene mucho que decir sobre este misterio, y sobre el agua, en un barco junto a los turistas, un viejo John Carradine.
Lo mejor, en todo caso, está al comienzo, con una leyenda que contextualiza la trama como si se tratara de un registro histórico:
"Poco antes de la Segunda Guerra Mundial el alto mando alemán comenzó una investigación secreta sobre los poderes sobrenaturales. Antiguas leyendas hablan de una raza de guerreros que no utilizaban armas ni escudos y cuyo poder sobrenatural provenía de la misma tierra. Mientras Alemania se preparaba para la guerra, las SS ataron secretamente a un grupo de científicos para crear un soldado invencible. Se sabe que los cuerpos de los soldados muertos en batalla se enviaban a un laboratorio secreto cerca de Koblein donde los utilizaban en una amplia variedad de experimentos científicos. Se rumoreaba que hacia finales de la guerra las fuerzas aliadas encontraron escuadrones alemanes que luchaban sin armas, matando simplemente con sus manos. Nadie sabe quiénes eran ni qué fue de ellos, pero una cosa es cierta, de todas las unidades de las SS sólo hubo una en la que ninguno de sus miembros fue capturado por los Aliados..."
Bueno, "Shock waves" pone en pantalla los mejores sueños de Miguel Serrano, la confirmación de que el súperhombre es posible, que Hitler dio con la clave mucho antes que Craneo Rojo o Hellboy empezaran a hacer de las suyas.
PD: Si alguien quiere ir más allá, puede buscar información de "El lago de los muertos vivientes" (1981), de Jean Rollin, en un registro muy similar a "Shock waves" pero en clave erótica, y "Dead snow", una cinta noruega de estreno para el 2009, que ubica a unos turistas que viajan hasta las montañas para esquiar, pero se terminan topando con unos zombies nazis. Esta última, al menos por producción, promete.
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